Churras con merinas

Medidas para afrontar y paliar la tremenda desigualdad que, desgraciadamente, aún discrimina a hombres y mujeres en este país, ni una, pero chistes... La ministra 2.0, Bibiana Aído, se ha metido a humorista. Hoy, en defensa de su indefendible metida de pata, la miembra del gobierno ha declarado en la SER que "Palabras como guay o fistro tuvieron que superar menos obstáculos para ser admitidas por el diccionario de la Real Academia Española". Estimada Sra. Aído: ni fistro ni pecadorl, ni nopuedol, ni jarl... Nada, que no aparecen en el diccionario de la RAE. Voy a intentar explicar una cosa que pensaba que ya todos sabíamos: las palabras tienen género, no sexo. En ocasiones, los términos refieren el sexo de aquello que designan, como "perro" o "perra". En otras, no, como en "jirafa" o "tiburón". Asimismo, "un grupo de especialistas" puede estar compuesto por hombres, por mujeres, o por ambos; lo mismo pasa con una banda, un elemento, una parte... y un miembro. El género de cada palabra, que es una cuestión lingüística, no corresponde inequívocamente con el sexo (si es que lo tiene) de aquello que designa. Es vergonzoso enredar en estas polémicas estúpidas, desviando la atención de lo que realmente importa, de aquello para lo que le pagamos todos. Si, además, quien lo hace parece no tener ni idea de lo que predica, el bochorno alcanza el absoluto. Sus compañeros socialistos (al ritmo que vamos sí es posible que pronto encontremos esta palabra en el diccionario de la RAE) han tirado de tippex y en el borrador de su intervención en el congreso no aparece lo de miembras. A propósito... ¿no es eso delito por falsificación de documento público? No sé, no sé.

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