ONCE


Escucho Fast Car. Fuera el cielo se cae a pedazos mientras Tracy sueña "I got no plans I ain't going nowhere So take your fast car and keep on driving", y su voz me ofrece la calidez de un refugio en la tormenta. Algunas personas son exactamente eso: una hoguera cuando el frío te parte los huesos o un abrazo cuando la soledad te trae el miedo de estar solo. Hace unos días vi la película Once. Sería, como dice un buen amigo, gastar pilas pa´na´el sepultaros con datos de su ficha técnica o enumerar los galardones que obtuvo el año pasado en distintos festivales y categorías. Podéis acudir a su web oficial o rebuscar un poco en la Red. A pesar de ser una peli "pequeña", su éxito ha sido mayor (aun a pesar de su sesgada distribución comercial) y es sencillo encontrar críticas en foros y webs de cine. Tampoco os voy a hablar del argumento, de la pareja protagonista o de su banda sonora. Lo cierto es que no os voy a hablar de nada más. Llevo días sin poder escribir algo medianamente decente y me falta valor para hacer desfilar por estas líneas a una de las mejores películas que he visto en los últimos años. Acabaría manchándola, como todo lo que toco. O rompiéndola, como todo lo que toco.

Papá, mamá... Yo quiero ser El Duque.

Dostoievski, Borges o Neruda en literatura; Kubrick, Buñuel o Wilder en cine; Bowie, The Beatles o Pink Floyd en música... Cada cual es libre de seleccionar sus referentes, de acercar a su formación humana el ascua de una u otra hoguera, de aprehender más allá de aprender. El problema surge cuando el abanico de elecciones se reduce a un puñado de escoria y se agrava por la falta de criterio del que elige. El resultado no es otro que la deformación, que la involución hacia el desconocimiento. Los pilares de cada uno de nosotros se construyen en nuestra pubertad, prisioneros de una adolescencia que nos transmuta en esponjas superabsorventes precisamente cuando más frágiles somos. Nuestros jóvenes aprenden poco a poco a normalizar comportamientos vacuos, estúpidos y faltos de cualquier asiento moral. Miras a tu padre, que se deja el alma en la obra desde las siete de la mañana para pasarlas canutas a fin de mes cuando a ti te pueden pagar millonadas por enseñar las tetas en Interviu, y el camino al éxito social es una alfombra rosa cuando escupes que te has acostado con no sé qué folclórica jurando mil veces que no es un montaje sino amor verdadero transoceánico. Cualquier chaval de secundaria es incapaz de citar a tres premios Nobel de cualquier categoría, de cualquier nacionalidad, pero recita la lista de concursantes de Gran Hermano sin esfuerzo, y además se congratula de poder hacerlo. El héroe no es el científico, sino el narcotraficante que presume de coches y chicas guapas una vez a la semana en Prime Time. Hoy los referentes sociales son un puñado de descerebrados, incultos o delincuentes, y hacemos poco o nada por evitarlo. El esfuerzo, el trabajo y el talento agonizan: se impone el todo vale y el camino fácil y cómodo. El germen lo ponemos nosotros, los adultos. En unos años, la cosecha no precisará de herbicidas o insecticidas. La cosecha misma será la plaga.

Existir existo, así que ya pensaré luego.

Don Leopoldo Abadía es un ingeniero industrial de 75 años que escribe un blog (como casi todo el mundo) muy interesante (como casi nadie) sobre economía desde hace algunos meses. Lo que era un mero pasatiempo para el Sr. Abadía se está convirtiendo en uno de esos fenómenos de Internet que afloran cada poco como setas de temporada. La diferencia es que esta vez, en lugar de un chaval japonés gordito que canta canciones de ABBA embutido en un traje de Pikachu, es un hombre sabio y coherente el que expone sus reflexiones para el disfrute de aquellos que gozamos aprendiendo. Podría hablaros un poco más del blog (os aconsejo especialmente la lectura de esta entrada) de D. Leopoldo, de su diccionario financiero y sus teorías nada peregrinas, o de la repercusión que su forma de entender el mercado global está teniendo en medios de comunicación y distintos estamentos, pero lo mejor es escuchar cómo él mismo explica lo de los ninjas, las subprime y lo de los ahorros que tienes en tu banco. Perdón, los que pensabas que tenías en tu banco. En esta entrevista, además de su sabiduría nos regala su humildad. Es curioso lo de algunas parejas de conceptos, que parecen inherentes para lo bueno y para lo malo. Exactamente igual que otros tipos de parejas.

El orden establecido


Que el comunismo no funciona y no ha funcionado nunca es algo evidente. Que el liberalismo salvaje resulta en una espiral que condena a los pobres a la miseria más absoluta y favorece a unos pocos un mucho, debería ser a estas alturas igual de evidente. Entonces... ¿qué nos queda? ¿Democratizar el comunismo? No, ambos conceptos se repelen y sería una asociación de ideas contra natura. ¿Establecer mecanismos de control del capitalismo? Tampoco, porque el intervencionismo (estatal) castraría el concepto mismo del libre mercado. Además, y visto el nivel moral y la capacidad PROFESIONAL de nuestros gobernantes, que con esto de la maravillosísima globalización hemos dejado de saber quiénes son realmente, otorgarles aún más poder sería tan peligroso como darle una navaja de afeitar a un chimpancé borracho. ¿Y confiar en un organismo de control, ajeno e independiente de estados y grandes empresas? ¿No necesitaríamos entonces a alguien que controlara a los que controlan? Yo es que ya no me fío de nadie, la verdad. Y no me fío de nadie porque cada día se acrecienta la sensación de que esto no funciona, que esta crisis mundial es, o debería ser si somos capaces de aprender de nuestros errores, el ocaso de un concepto de mercado y, por ende, el momento de empezar a plantearse una nueva estructura social a todos los niveles. Hemos despreciado tantas alternativas (comercio justo REAL, fuentes de energía alternativas, inversión y apoyo a países desfavorecidos, conciencia ecológica, educación más allá del éxito socioeconómico...) que no nos ha quedado otra que asomarnos al abismo, abismo que en mi opinión va mucho más allá del meramente financiero, que supera a bolsas y bancos, que comparte su esencia con el hombre, con su estupidez y su avaricia infinitas. Es necesario un cambio, un nuevo orden, un planteamiento distinto antes de que esta ventana por la que miramos al universo se acabe colgando del todo.

Mellon Collie and the Infinite Sadness

Billie Holiday y toda la lluvia del mundo cayendo sobre mí.

Nothing at all

Strange infatuation seems to grace the evening tide. I'll take it by your side. Such imagination seems to help the feeling slide. I'll take it by your side. Instant correlation sucks and breeds a pack of lies. I'll take it by your side. Oversaturation curls the skin and tans the hide. I'll take it by your side.

tick - tock - tick - tock - tick - tock - tick - tick - tick - tick - tick - tock - tick

I'm unclean, a libertine, and every time you vent your spleen, I seem to lose the power of speech. Your slipping slowly from my reach. You grow me like an evergreen. You´ve never seen the lonely me at all. I... Take the plan, spin it sideways. I... Fall. Without you, I'm nothing. Without you, I'm nothing. Without you, I'm nothing. Take the plan, spin it sideways. Without you, I'm nothing now.

20 mil leuros de viaje submarino

Shhh... venid... acercaos un poco más, que os voy a contar un secreto... Resulta que si un banco quiebra (por favor, no se me alarmen, que ya ha dicho Solbes que eso no va a ocurrir y que tampoco vamos a entrar en crisis), cada entidad sólo garantiza que devolverá hasta 20.000 euros por titular. Ni uno más. Que sí, que eso no va a pasar y que esa hipótesis sólo sería plausible en un contexto de desconfianza financiera, crisis económica mundial, recesión y altos índices de desempleo, así que todo el mundo tranquilo. Yo ni tengo ese capital ni lo tendré nunca, que soy un manirroto, pero para aquellos que besáis con obscenidad adolescente la cartilla del banco antes de iros a dormir, unos pequeños consejos de ADICAE:


Os enlazo un muy interesante artículo de Ana Barandiarán en El Correo Digital respecto a este asunto.


Luego me diréis que no aviso. O que soy una alarmista por avisar. O que no aviso porque soy un alarmista que avisa.
N. del A (12.10.08): Hace apenas unas horas que el Fondo de Garantía de Depósitos se ha incrementado hasta los cien mil euros por titular y entidad. No sé si es una medida tardía o ineficaz, pero en cualquier caso la aplaudo desde estas líneas. Se conoce que Solbes lee este blog ;)


Progresa Adecuadamente

En mi etapa escolar, los profesores usaban el eufemismo "Progresa adecuadamente" para hacer saber a los padres que su chiquillo/a no era un lumbreras, lo que, por otra parte, ahora les habría llevado a la esperanza de que algún día ocupara la Presidencia del Gobierno. El caso es que últimamente el único que progresa (lo de adecuadamente no me queda claro aún) es mi amado hijo bastardo, mi primogénito, mi sangre de mi sangre: mi pequeño Euribor, que a este ritmo será el primero de la clase en muy poco tiempo. Desde sus mediocres comienzos hace ahora diez añitos, ha pasado por el Muy deficiente (nada, un maestro que debió cogerle manía), el suspenso, el cinco pelao y, señores... ¡ayer alcanzó el aprobado! ¡Qué orgulloso me siento de ese 5,505! Además, me ha llamado el dire del colegio y me ha dicho que nunca nadie había sacado una nota tan alta y que el chaval tiene pinta de seguir despuntando. Después me ha dicho algo de no sé qué 900 euros más de una tal hipoteca, que me parece que debe ser una amiga especial que se ha echado mi retoño y a la que debe estar invitando al Bollicao, porque he notado que me empieza a faltar dinero en la cartera. Pequeños diablillos enamorados... En fin, que estoy que no quepo en mí de gozo y quería hacerlo extensible a todos vosotros. Seguro que más de uno sabéis de qué estoy hablando.