"Al final del día, ella es lo único que importa"

Llevo meses sin escribir. Bueno, no es exactamente eso, ahora escribo bastante, aunque no aquí. Tampoco sé si lo de los meses y lo de aquí es lo que quiero decir. Bueno, sí es lo que quiero decir, claro, me refería a que tengo esto abandonado. Es eso.

Escribo sobre cosas de las que sé muy bien poco (¿demasiado poco es correcto? Sí, creo que sí). A ver, son cosas sobre las que sé, porque es lo que toca, pero de las que no sé muy bien muchas cosas. Muy bien poco. La influencia del mito ovidiano de Dafne en el género operístico del siglo XVII, la postmodernidad angloamericana en sus diferentes vertientes artísticas, FaulknerBaudrillard, Montaigne y La Pléyade, Shakespere, Shakespear, Shakespeare, y así una montaña de pedantería que me hace parecer inteligente cuando hablo de ella y de la que prefiero no decir nada, porque ser no es una posibilidad si parecer es la evidencia, y no siendo ser la evidencia mejor sea parecer la posibilidad.

Son nueve libros, diría que diez si no fuera un secreto que son diez, así que luego borro esto. Ahora hablaba otra vez del primer párrafo, no de lo de escribir de lo que sé muy bien poco, pero ya lo cuento luego. Nueve libros (olvidad lo del décimo, que es el primero) que en realidad son uno, pero lo cuento luego.

Estoy viendo Californication. Hace tiempo que dije algo sobre esta serie, y ahora la reponen en Factoría de ficción, los domingos a eso de la una, así que la estoy reviendo. Ahora Californication es mi serie favorita. Siempre tengo cosas favoritas, aunque las suelo cambiar de cada poco. Mellon collie and the infinite sadness no, eso sigue ahí. Californication es una serie sobre un escritor que (ya) no escribe, y sus diálogos son tan brillantes que me cuesta apartarlos de mi atención mientras garabateo estas líneas. Lo sé, se nota. Besos y disculpas.