Vivo en Águilas, un precioso pueblo murciano que limita con Almería por la costa. Durante años, el motor de la economía local fueron la agricultura y la pesca, y las tardes de mi niñez parecían escritas por un guionista de Verano Azul. Conforme transcurrían los años 80, y probablemente imbuidos por el cine patrio que 20 años antes había llenado nuestras salas de señoras estupendas de la lejana Europa, las mentes preclaras de nuestra Casa Consistorial entendieron tarde y mal que el turismo podría ser una fuente de ingresos, y desde entonces los aguileños hemos vivido en tierra de nadie, sin saber si queríamos ser Ibiza o Benidorm, cuando sólo teníamos que ser nosotros.
Estos últimos años, como en muchos otros lugares de España, el ahora denostado ladrillo sembraba sin discreción y a discreción nuestras calles de huevos de oro, hasta que la gallina ha decidido emigrar a otro corral. Personalmente siento vértigo al contemplar la verdadera riqueza de un pueblo esquilmada, al ver cómo nuestras señas de identidad han sido lapidadas con el beneplácito de unos ciudadanos casi tan analfabetos como sus gobernantes, unos paisanos que sin saberlo, sin querer saberlo, asistían a un entierro vestidos con traje de cocktail. Hoy, tras la fiesta, llega la resaca, aunque esta borrachera de avaricia duele más en el corazón que en la cabeza.
La Isla del Fraile se encuentra a unos dos kilómetros de la población, con acceso mediante un sendero que transcurre sobre la línea de costa, en una zona paradisíaca y escoltada desde tierra por la Playa Amarilla, una cala virgen de arena finísima y aguas de una pureza casi única en el levante español. Hace ya unos años y habiendo sido elegido alcalde un empresario local, cabeza de lista de un partido independiente y propietario de unas tierras que lindan con la playa mencionada, se procedió a la recalificación de dichos terrenos tras pacto político con el Partido Popular. Con el paso del tiempo, el número uno del P.P. en Águilas acabó en la Alcaldía (y ahí continúa, democráticamente respaldado por sus conciudadanos y toreando imputaciones de cuando en cuando) y las tierras fueron vendidas a un grupo inmobiliario asturiano que empezó a construir en este enclave un resort de lujo. Desconozco las condiciones urbanísticas de los terrenos, no he estudiado el plan parcial ni hecho un análisis sobre si éste se está llevando a cabo de forma regular, pero todos esos detalles se antojan menores cuando ves cómo alguien entierra tus recuerdos robándoselos a tus hijos, sepultando un patrimonio natural que no se entiende en términos económicos.
La asociación aguileña Águilas Natura ha denunciado la tropelía medioambiental que se está cometiendo en la zona. Podéis creerme si os digo que, en un pueblo como éste, levantar la voz y dar la cara de esta manera es todo un ejercicio de coherencia y valentía. Este post sólo es un aplauso sincero hacia Águilas Natura por su iniciativa.
4 comentarios:
VALENTIA???
CLARO,SE PODRIAN HABER ESPERADO A QUEJARSE AL DIA DEL CORTE DE LA CINTA INAGURADORA...TRAS TRES AÑOS DE OBRAS, MOVIMIENTOS DE TIERRA Y DEMAS TRABAJOS ME PARECE UN POCO TARDE,SOLO UN POCO.
PERO BUENO,NUNCA ES TARDE ,¿O SI¿ NO SE.ELLOS SABRAN, QUE SON LOS ECOLOGISTAS.
A MI ME LA PELA.
Llevo 10 años viviendo fuera de Águilas, pero mi Tierra me sigue doliendo. La gente que me conoce, sabe lo que siempre he opinado del futuro de Águilas... Lo estamos convirtiendo en un geriatrico para extrangeros adinerados (Y no tengo nada en contra del turismo ni de ningún forastero) Con la promesa de unos añitos de trabajo estamos condenando todos nuestros recuerdos, todo nuestro pasado, todo nuestro paisaje, toda nustra Historia (Monumental y Natural)... al disfrute exclusivo de individuos pudientes que ven nuestro paisaje con los ojos del parné mientras nosotros cerramos los ojos del Corazón.
Aquí es donde entran todos los tópicos... "Dame pan y dime tonto", pero sin tener en cuenta que es "pan para hoy y hambre para mañana". Y seguiremos con la cabeza alta, orgullosos de nuestros Carnavales ("Pan y Circo" para taparnos la boca) y de nuestras Playas (que cualquier día ni podremos visitar sin permiso).
He dicho.
J.Lorente.
Por un lado, pienso como tú pero por otro también como Anónimo. Es una vergüenza todo lo que están haciendo en nuestra tierra. Nunca se han hecho cosas realmente importantes y buenas para ella. Lo malo es que ya le estamos viendo las orejas al lobo y nos asustamos cuando antes no dijimos nada de todo esto.
Yo también aplaudo a Águilas Natura porque al menos alzan la voz.
Un saludo, paisano
Anónimo (desanonimado): En ese pueblo hace tiempo que ya es tarde para todo.
José Lorente: ¿Conoces a algún político que trabaje a largo plazo?
Ruiz: Al lobo se le ve ya hasta el rabo.
Gracias a todos por comentar.
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