Aquí y allá, que no Allá. Yo ando recorriendo el camino a la inversa, como el que parte de Fisterra, aunque de momento no saco los pies del tiesto. Reconforta asomarse al Cantábrico y encontrar a los osos en sus cuevas después del invierno, cada uno en la suya, claro, mientras en el sur el sol se derrama como miel sobre los tejados. Hoy debería ser un buen día, y el faro de Cabo de Gata debería seguir donde lo dejé hace unas semanas, cosa que comprobaré a la hora del almuerzo.
Camellos andaluces negando cualquier relación con el tema de los ERE.